Después de dos años sin carnaval, La Vega se dispone a celebrar nuevamente la tradición.
Dentro de la celebración existe un cumulo de actividades artesanales, de costura y confección
que son parte de la creación de los disfraces y al mismo tiempo están directamente ligadas al
comercio que se mueve en la ciudad en el mes de febrero y meses antes del esperado evento.
Sin lugar a duda, las personas que se dedicaban a los oficios de careteros, sastres y vejigueros
fueron económicamente afectados con el cese de la fiesta carnavalesca, puesto que nadie
mandaba a confeccionar los trajes y accesorios que se necesitan para representar el conocido
“diablo cojuelo”.
Los que elaboran las caretas son los llamados careteros, los que elaboran el vestuario son los
sastres y los que hacen las vejigas son los conocidos como bejigueros. Solo en los lugares del
país donde se celebra carnaval son reconocidos estos oficios, y muy específicamente en la
ciudad de La Vega donde se combinan todos esos elementos para la creación del disfraz.
Es así como muchas personas dedicadas a este tipo de comercio han vuelto a realizar los
pedidos que les hicieran los grupos de diablos cojuelos de carnaval.
A continuación, tres reconocidos expertos en el arte de los disfraces y su experiencia:
Ángel Fidelio Jorge Rodríguez conocido por todos como “el maestro Fillo” es un reconocido
sastre dedicado a la confección de disfraces de carnaval. Inicio en el negocio al final de la
década de los años setenta y hoy día tiene uno de los talleres mas grandes dedicados a la
elaboración de disfraces. Su primer disfraz de carnaval fue para un grupo llamado “los 7”. Es
uno de los pioneros en el diseño y gracias a su gran creatividad logró incorporar elementos al
disfraz que de ahí en adelante marcaron las pautas de para la elaboración; tal es el caso de los
cuellos acolchados y el zíper por detrás que hoy día ya es algo normal.
El maestro Fillo nos cuenta que tuvo épocas en donde tenia a su cargo la confección de hasta
35 grupos de carnaval, pero producto de la pandemia bajo mucho la producción y hoy día,
aunque hay buenas expectativas a partir de éste año continua trabajando solo con mano de
obra familiar “nuestro negocio siempre ha sido familiar pero ahora más porque los trabajos
que aparecen podemos manejarlo con la cantidad de personas de la familia que labora aquí”.
También destacó que pese a los cambios y grandes transformaciones que ha sufrido el disfraz
del diablo cojuelo personalmente le gusta mantener vivo los elementos tradicionales del
disfraz de La Vega “ha habido cambios del cielo a la tierra con relación a los cambios en el
disfraz, pero yo trato de mantener los rasgos principales por lo menos uno, no se puede
cambiar la línea de originalidad, los rasgos del diablo cojuelo no se pueden perder”. Enfatizó el
experto en costura.
Denferly Padilla, mejor conocido como Buche, es un artesano dedicado a la elaboración de
caretas(caretero). Incursionó en el oficio por más de nueve años y se ha dado a conocer por la
gran cantidad de caretas que ha realizado para los grupos de carnaval. Buche entiende que a
pesar de que en la pandemia no se pudieron hacer los trabajos acostumbrados, actualmente
tiene 30 grupos a los que le está trabajando y ya tiene un aproximado de quinientas caretas
elaboradas. Al preguntarle sobre las expectativas y de cuales de sus trabajos van a llamar la
atención el respondió “todos mis trabajos van a impresionar, aquí le trabajamos bien y los
clientes quedan satisfechos, es decir que a cada grupo le damos lo mejor y lo aquellos
quieren”.
En el taller de buche no solo les trabajan a grupos de La Vega sino también a otros municipios
y ciudades entre ellas se encuentran Jarabacoa, Navarrete, San Francisco De Macorís, Villa
Gonzales, Bonao y San Cristóbal.
Las nuevas tendencias de colores en la elaboración de caretas han desplazado bastante los
acostumbrados colores de “amarillo y colorao” al preguntarle el por qué ha sucedido eso el
artesano contestó “es que eso es parte des innovaciones, vivimos cambiando, renovando,
haciendo cosas novedosas para llamar la atención, de hecho, nadie ya casi nadie pide esos
colores”.
El caretero entiende que antes de la pandemia los trabajos superaban en gran manera la
cantidad que les piden ahora, pero aun así se está trabajando.
Rafael Mateo Núñez mejor conocido como “Nino Chan” se ha dedicado por más de 20 años a
la elaboración de vejigas para los diablos cojuelos en La Vega. Cuenta que desde el 1999
fabrica las temidas vejigas “actualmente las hago de teipi, trapo y goma, antes se hacían de
cuero de vaca, eso es parte de los cambios que han tenido”.
Según nos contó que acostumbra a trabajarle a cerca de 20 o 25 grupos de carnaval. Y que
además de la ciudad de La Vega le trabaja a Jarabacoa, Constanza, Mao y Bonao. A preguntarle
sobre el costo que tiene la fabricación de cada vejiga detalló que los precios van desde 500
pesos para las vejigas de los adultos y 400 pesos para la de los niños.
Nino Chan expresó que la perspectiva que tiene para este año es la mejor “espero que sea uno
de los mejores, porque teníamos dos años sin celebrar carnaval y espero que todo marche con
tranquilidad y seguridad”.