Rescatista de la Defensa Civil cuenta su experiencia la noche de la tragedia del Jet Set

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“Los cuida playas” o “los muchachitos de mamey” son algunos de los motes que recuerda Wagner Abreu, que han sido utilizados para referirse a los voluntarios de la Defensa Civil con el objetivo de desmeritar sus labores de protección en la institución.

Sin embargo, desde los ocho años de edad, Wagner ha sabido hacer oídos sordos a lo que muchos puedan pensar de esta vocación y lo que empezó siendo un pasatiempo para él se convirtió poco a poco en una necesidad.

Con más de 15 años dedicados a esta labor, ha intervenido en catástrofes como el terremoto de Haití, la explosión de San Cristóbal, la mueblería en Santiago y otros más que, casi sin saberlo, lo prepararon para la fatídica madrugada del ocho de abril en el Jet Set.

“La primera llamada es que colapsó el techo del Jet Set, pero nadie se imaginaba lo que realmente significaba. Entonces llegas a este lugar emblemático de la ciudad de Santo Domingo y ves todo abajo, colapso total. No te imaginabas que la magnitud era así”, relató Abreu, entrevistado en las instalaciones de Listín Diario.

A partir de ese momento, lo que siguió después fue poner todos los equipos a disposición para iniciar la operación de rescate en toda el área de la manera más rápida posible con todas las unidades móviles, personal y capacidad requerida.

Casi sin descanso

Durante tres días corridos y casi sin descanso, estuvo allí. El proceso lo describió entre “agotador” y “doloroso” por la cantidad de personas que reclamaban a sus familiares y la rapidez que se ameritaba para el rescate y posterior recuperación de los cuerpos.

Al terminar sus labores de voluntariado, Abreu contó que, aun cuando deseaba pasar momentos reparadores con su familia, el trabajo pesado aún continuaba, ya que ahora debía dedicar tiempo al ejercicio de su otra profesión: la abogacía.

“No aprendimos mucho”

“Tenía que ponerme al día con todo lo que venía trabajando martes, miércoles y la madrugada del jueves. Entonces, el viernes fue largo porque también tenía que dejar todo listo, porque ya me tocaba la Semana Santa”, admitió.

En ese sentido, recordó cómo le impresionó la cantidad de accidentes y muertes anunciadas por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) durante la recién pasada Semana Mayor, pese al entristecedor evento que había sorprendido a los dominicanos hacía una semana.

“No aprendimos mucho del Jet Set. Eso era para que nosotros en Semana Santa no saliéramos, o sea, era algo como que el país debería estar en silencio, porque 232 muertos en una sola escena es mucho para un país tan pequeño como nosotros, o sea, es algo mucho y ya entramos a la historia como una de las tragedias más grandes a nivel de discoteca”, reflexionó.

De inmediato hizo un llamado a la prudencia y educación para que en este caso los accidentes de tránsito dejen de ser un dolor de cabeza en el país.

¿Está República Dominicana preparado para un terremoto?

Ante esta cuestionante que ha surgido entre muchos dominicanos a raíz de la catástrofe, sin ninguna vacilación contestó que ningún país está preparado para ese tipo de eventos.

“Ningún país del mundo, por más desarrollado que sea, está preparado. Sí van adquiriendo capacidades, van adquiriendo equipos, van trabajando la mitigación, van trabajando la prevención. Pero ningún país, hasta este momento, está preparado 100% para el impacto de un terremoto”, expresó con convicción.

Mientras tanto, lo que en su experiencia recomienda hacer es trabajar en la prevención de riesgos para que cuando el fenómeno toque la puerta, poder actuar con diligencia.